viernes, 25 de marzo de 2011

Obama y Romero

Varios presidentes de los Estados Unidos han venido a El Salvador antes a firmar acuerdos, esta vez es una donación bastante significativa, pero ninguno había hecho un gesto de tanta trascendencia simbólica como el que protagonizó Obama
Mildred Largaespada | 23/3/2011 /CONFIDENCIAL
San Salvador.- Obama tomó una cerilla, la prendió y encendió una vela ante la tumba de Monseñor Romero. La llama parpadeó con rapidez. Fuego, recogimiento ante el altar del sacerdote asesinado y convertido en mártir. A su lado, Mauricio Funes y el arzobispo José Luis Escobar Alas. Luz tenue, silencio, movimientos lentos, todo el país pendiente de lo que acontecía en Catedral.
Varios presidentes de los Estados Unidos han venido a El Salvador antes a firmar acuerdos, esta vez es una donación bastante significativa, pero ninguno había hecho un gesto de tanta trascendencia simbólica como el que protagonizó Obama. El Presidente está construyendo la gran diferencia, en Centroamérica.
No ofreció declaraciones públicas, no reveló sus pensamientos. No hizo falta. Estaba ahí. Ninguna palabra, ninguna más, hubiera tenido la misma fuerza que esta foto del Presidente de Estados Unidos de América rindiéndole respetos a San Romero de América.
200 millones para seguridad
Antes, el Presidente Barack Obama anunció una donación de 200 millones de dólares para la iniciativa de Seguridad Regional para Centroamérica (Carsi, siglas en inglés), que pretende impulsar programas para combatir el crimen organizado y el narcotráfico en la región.
Es un cambio de posición importante, porque sustituye a la iniciativa Mérida que le daba un rol satélite de México a Centroamérica. Ahora le da protagonismo específico a la región. Se usa una metáfora para describir esta situación, le llaman “efecto cucaracha”: le han echado spray a Colombia y a México y las cucarachas (los delincuentes) se han concentrado en la región. Ahora, las tienen que sacar de aquí.
Tanto Obama como Funes mencionaron la necesidad de apoyar las iniciativas regionales que ya están en marcha y apoyarse en éstas. Obama confía en el liderazgo del Presidente de El Salvador para promocionar con los demás presidentes centroamericanos estos programas.
Ambos presidentes se alejaron del enfoque de seguridad que pone el acento sólo en la represión policial. Comentaron que hay que impulsar programas sociales y económicos de prevención. Este es otro énfasis importante, que emite un mensaje a los partidarios de la solución represiva de “mano dura”.
Funes comentó que “no podemos seguir ofreciendo a los jóvenes sólo dos opciones”, refiriéndose a: irse del país para buscar vida en los Estados Unidos, o integrarse a las pandillas.
Ambos mandatarios dieron estas declaraciones en una conferencia de prensa en Casa Presidencial, en el único momento en el que se escuchó hablar a Obama.
Los migrantes tendrán que esperar
Sobre inmigración también hablaron Obama y Funes, aunque sin demasiadas noticias positivas debido a que las decisiones sobre la legalización de miles de salvadoreños que viven en Estados Unidos es una decisión del congreso de ese país y no del ejecutivo.
Pero Obama dijo apoyar reformas: “El Presidente Funes está dedicado a crear más oportunidades económicas aquí en El Salvador, para que la gente no crea que tiene que ir hacia el norte para poder alimentar a su familia. Como le dije al Presidente, estoy  muy dedicado a una reforma migratoria  integral en los Estados Unidos y sé que esto es de especial importancia para más de 2 millones y medio de salvadoreños que trabajan y viven en los Estados Unidos y que hacen  contribuciones extraordinarias a nuestro país, al apoyar a sus familias  y comunidades aquí en El Salvador”.
Cómo es Obama
El plan de seguridad con el que se protege a Obama es intenso, calculado y bien cerrado. No hay manera de acercarse a él, si no está autorizado. Las preguntas de los periodistas son solicitadas antes, no hay espacio a la improvisación. Incluso las preguntas que se le hicieron fueron revisadas y seleccionados los periodistas que iban a hacerlas. Son conferencias de prensa donde ambos presidentes se aseguran que se les pregunte sobre lo que quieren hablar.
El Presidente Obama es de hablar pausado y preciso. Se percibe la celebrada y muy difundida capacidad que tiene para atraer. Es de gran estatura y sus movimientos recuerdan a los de un jugador de baloncesto, que desarrollan esos movimientos debido a la altura.
Ese carisma le complica la vida porque la gente demanda mucho de él. La gente desea todo lo que dice, o que diga todo lo que la gente desea como si fuera ésta la última oportunidad que tiene la historia para arreglarse de una vez por todas. Su visita a Latinoamérica fue dejando decenas de opiniones sobre lo que debió decir, y hacer.
En El Salvador hizo el más grande gesto de comunicación política que podrían esperar las víctimas de las políticas equivocadas de los Estados Unidos en el pasado. Sicológicamente es una imagen que cura heridas. La visita a la tumba de Romero demuestra que los Estados Unidos, o al menos esta administración, está mirando con otros ojos a la región. Y la gente aprecia el gesto y demanda más.

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