miércoles, 4 de agosto de 2010

El amor de Monseñor Romero se asemeja al de Jesús


La Capilla del Hospitalito La Divina Providencia lucía abarrotada por feligreses y simpatizantes de Monseñor Romero. La misa conmemorativa por el 30° Aniversario del martirio de «San Romero de América» se celebró justo en el lugar donde fue asesinado en 1980. Samuel Ramírez, Obispo de Chiapas, ofició la solemne misa. Foto Diario Co Latino/Eugenio Castro

Gloria Silvia Orellana
Claudia Solórzano
Redacción Diario Co Latino

Vistiendo sotanas blancas y estolas rojas, que significan el martirio, la veintena de sacerdotes concelebrantes participaron en la misa en memoria de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, quien es considerado el “mártir de la fe”.

La solemne misa conmemorativa se realizó a las siete de la mañana, en la Capilla del Hospitalito Divina Providencia, lugar donde Monseñor Romero fue asesinado el 24 marzo de 1980. Hace treinta años. El informe de la Comisión de la Verdad evidencia que el mártir fue asesinado a manos de un francotirador, quien le disparó directo al corazón. Entre los autores intelectuales se señala al fundador del partido de derecha Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), Roberto D´Aubuisson.

Las delegaciones extranjeras y cientos de feligreses salvadoreños se dieron cita en la misa que organizó el “Comité Nacional Monseñor Romero”, la cual culminará con la peregrinación hacia Catedral Metropolitana.

El acto ecuménico recibe especial atención por la participación de todas las actividades de las Iglesias Históricas en el país, que saludaron a la feligresía católica.

El Obispo de la Iglesia Luterana, Medardo Gómez, testimonió que “él (Romero) nos llamó a todos a vivir el Evangelio y a trabajar por la gente”.

Mientras el Obispo de la Iglesia Episcopal, Martín Barahona, recordó a “Monseñor Romero como un pastor de justicia, amor e igualdad”.

Desde muy tempranas horas, cientos de adultos y jóvenes se acercaron a la capilla del Hospitalito, lugar que también da cobijo a enfermos de cáncer, quienes no tienen recursos económicos para atenderse.

El evangelio fue leído por el Diácono Martín Hernández de Saltillo, proveniente de México, quien destacó que Monseñor Romero llevó el amor a Jesús en la misma dimensión de amar a su pueblo.

“El nuevo testamento estableció el primer mandamiento: Amar a Dios por sobre todas la cosas, y el segundo: Amar a tu Prójimo como a ti mismo, y Monseñor Romero llegó a esa dimensión: amó a Dios y a su pueblo”, dijo el religioso.

Mientras, el Obispo Heriberto Ramírez, de Chiapas, reconoció que el mártir salvadoreño “interpela y cuestiona en el tiempo, el papel de todos los sacerdotes en el mundo y en su compromiso y entrega con su rebaño”.

“Para nosotros es un Santo que vive en todos los cristianos alrededor del mundo. Monseñor Romero tenía un empeño por la justicia y el amor de Dios y que como, a Jesús lo llevó también, a sellar su palabra con un pacto de sangre como el Hijo de Dios”, predicó Ramírez.

Asimismo, expresó que la palabra de Monseñor Romero era un “sendero a seguir y sus palabras son iluminadoras, porque tienen su raíz y fuente en los evangelios, es un camino a la cristianidad”.
Al culminar el oficio religioso, cientos de personas se reunieron para iniciar el peregrinaje hasta Catedral Metropolitana.

En la Cripta habrá actividades culturales y ecuménicas, así como una manifestación en la Plaza D´Aubuisson y una eucaristía presidida por el Obispo de Chiapas, México, en la Cripta de Catedral, a las 5 de la tarde.

Las actividades en memoria de San Romero de América incluyen una peregrinación de farolitos en el municipio de Ciudad Delgado, una ponencia del Director de Derechos Humanos de la Cancillería salvadoreña en la Cripta de Catedral a las cinco de la tarde y el cierre se hará con un concierto nacional en nombre de Monseñor Romero, en el Teatro Nacional, convocado por la Secretaría de Inclusión Social.

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